Tras 25 años, sigue siendo todo un clasicazo de los 80. En realidad, es una desmadrada versión de una vieja peli francesa de los años 60, “El silencio de un hombre”, reconvertida aquí en una ensalada de tiros por el hongkones John Woo. Cuenta la historia de Jeff, un asesino a sueldo, que durante un tiroteo en un club hiere, sin querer, a una joven cantante dejando la medio ciega. Arrepentido intentará ayudar a la chica pagándole una costosa operación de corneas, pero esto hará que la policía se ponga tras su pista y que los mafiosos que le contrataron se nieguen a pagarle…
Chow Yun Fat está enorme dando saltos imposibles, disparando en el aire y tocando la armónica. Los tiroteos están muy bien coreografiados y sus efectos especiales y los especialistas que participan en ellos son de primera. También hay un breve momento para el amor y la risa, como los continuos enfrentamientos entre el prota y el comisario que le persigue que se van convirtiendo en una extraña amistad conforme avanza la cinta, dando lugar a situaciones muy estrambóticas...
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