viernes, 24 de agosto de 2012

LA VIDA ES DULCE

La vi ayer y me gustó. Es un filme entrañable de Mike Leigh sobre una familia de clase trabajadora inglesa que sobrevive a la rutina diaria gracias a su inacabable sentido del humor. El padre trabaja en un restaurante como cocinero, la madre tiene una pequeña tienda de ropa, la hija mayor es aprendiz de fontanera y la hija pequeña se pasa todo el día en casa oyendo música o liándose con un amigo en bizarros juegos sexuales que incluyen pringoso chocolate Nocilla...

Un guión sencillo, bien rodado y con un puñado de actores muy creíbles. El gran Stephen Rea aparece haciendo de amigo timador que vende al padre una caravana ruinosa como si fuera la mejor de las gangas. Hay buenos diálogos, momentos tiernos y otros algo más divertidos, como los cutres intentos de ligue del dueño del restaurante con la cocinera, o el exaltado comportamiento de la pelirroja Nicola, la hija pequeña, y su nerviosa forma de hablar, repitiendo continuamente “Bollocksss” o “Fasciiiiist!!”. Curiosa y agradable.


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