Ayer volví a verla y, no solo sigue siendo un peliculón, sino que además el paso del tiempo le está sentado muy bien. Es una cinta muy ochentera, macarra pero divertida, donde Brian de Palma vuelve a copiar por todo el morro a Hitchcock. Si en "Vestida para matar" hacia un remake encubierto y sinvergüenza de "Psicosis", aquí perpetra una versión muy cachonda de "La ventana indiscreta". Es la historia de un actor de segunda fila, que sobrevive en Hollywood haciendo penosas pelis de terror, medio eróticas. Un día, mientras espía a su guapa vecina desde la ventana, observa un asesinato. Empeñado en encontrar al culpable, acaba metiéndose en un montón de líos de la mano de una rubia actriz porno (una joven Melanie Griffith) que conoce por el camino...
Mucho suspense, tramposos giros sorpresa, humor y la inevitable escena de 360 grados del director. La escena del asesinato esta bien, pero las escenas de la playa son las mejores. Terror bajo el sol.
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