La vi ayer y me gustó. Es uno de esos thrillers policíacos, tan sencillos como eficaces, que rodaron Belmondo y Alain Delon en los años 80, cuando ambos empezaban ya a peinar canas y sus respectivas carreras decaían. Las tramas son siempre las mismas, el protagonista es un tipo duro (un periodista, un policía…) que, sin quererlo, se ve implicado en un feo asunto de corrupción político-policial y, tras ser perseguido toda la película, acaba por resolver el caso (con la inevitable ayuda de un antiguo amigo y una chica guapa). En este filme, Belmondo es Joss Beaumont, un agente del gobierno francés que, tras ser enviado a un país africano para “eliminar” a un presidente negro incomodo para la “democracia” francesa. Allí, será traicionado por sus superiores, pero Beaumont logrará sobrevivir a la cárcel, escapará y regresará a Paris para ajustar cuentas…
Muchos tiros, golpes y peleas (la escena del bar y el croissant está graciosa), algo del humor típico de Belmondo, una ligera crítica a las cloacas del estado, una gran persecución en coche con el mismísimo Belmondo al volante (haciendo todas las escenas de peligro y choques), música pegadiza de Ennio Morricone y un final memorable... Recomendable para fans de actor francés y amantes del genero "polar".
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