La echaron antes de ayer en la tele y me gustó mucho. Es la historia de un jefe mafioso criado en los bajos fondos de Londres que, tras ir escalando socialmente y volverse más refinado, está a punto de cerrar un negocio inmobiliario multimillonario gracias al dinero de unos inversores americanos y un par de concejales corruptos. Pero, de repente, una serie de misteriosos atentados contra su persona hace que toda la operación peligre…
Buenas dosis de acción y suspense, algo violencia bruta (la escena de la botella), humor cínico inglés (el interrogatorio en la cocina), una pegadiza banda sonora setentera y un reparto sensacional. Bob Hoskins y Helen Mirren están soberbios y junto a ellos un montón de tipos duros, donde también aparece un jovencísimo Pierce Brosnan haciendo de peligroso asesino irlandés. El comienzo de la cinta es algo confuso, pero al final todo se aclara. La secuencia final es antológica. Recomendable.
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