La ví ayer y me gustó mucho, tiene ese toque clásico que caracteriza a todas las peliculas de Peter Weir. Un joven Mel Gibson es el protagonista. Es la historia de dos corredores de atletismo rivales, que se hacen amigos y acaban enrolandose juntos en el ejercito australiano para luchar contra los turcos en la I guerra mundial. La escena de los mensajes de despedida clavados en las bayonetas quita el hipo.
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