Estupendo thriller, acido y retorcido, de gran Constantin Costa-Gavras. Bruno (José García) es un ejecutivo francés en paro que, desesperado de no encontrar trabajo, decide matar, uno a uno, a todos los aspirantes a un puesto en una empresa papelera. Pero, después de todo, el protagonista descubrirá que hay otros que quizás hayan pensado hacer lo mismo con él... Una comedia negrísima, feroz crítica al actual modelo laboral y al capitalismo más salvaje, el que sacrifica el talento y la experiencia de las personas honradas por unos pocos beneficios más. Las escenas de los crímenes, a cada cual más chapucero, molan. Muy recomendable, como casi todas la de este director griego.
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