miércoles, 10 de octubre de 2012

AKIRA


Volvi a verla ayer y es un peliculón, una obra de arte total. La vi por primera vez cuando la estrenaron aquí en 1992 o 1993. Recuerdo que era un noche de verano y aunque no me entere de mucho (porque no había leído el comic), salí del cine muy excitado por las imágenes tan potentes que había visto, las carreras de motos tan espectaculares y por el tremendo clímax apocalíptico final. Es la historia de un grupo de chavales de instituto que se dedican a hacer carreras de motos y a pelearse con otras bandas de moteros en la convulsa ciudad de NeoTokio. Durante una de las carreras, Tetsuo, el más joven del grupo, tiene un grave accidente al toparse con un extraño niño que corre por el medio de la carretera. Tras recuperarse del golpe, Tetsuo comienza a tener extrañas visiones, alucinaciones y pesadillas con el misterioso niño, por lo que es recluido en un hospital militar. Entonces, Kaneda y el resto de la banda deciden ayudar a su amigo metiéndose de lleno en el ultrasecreto proyecto AKIRA.

Katsuhiro Otomo adapta bastante libremente su propio comic-manga, y como sabe que es imposible plasmar las casi dos mil hojas del libro, lo que hace es coger un trozito de él y intentar hacer algo colosal. Aunque han pasado 20 años, la factura técnica es inmejorable. Con las técnicas de animación de entonces consigue momentos casi hipnóticos. La banda sonora a base tambores y coros también ayuda a la hora de recrear la sensación de alucine. Es una película para disfrutar con los sentidos. Es inutil segir la trama al pie de la letra. Por ejemplo, hay personajes fundamentales en el comic, como la sacerdotisa, que apenas sale, y las revueltas estudiantiles de la peli tienen menos peso... Es un como un sabroso aperitivo para el manga.

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