Ayer me acabé el último capitulo de esta serie y es tan mala, que acaba enganchando. Es la historia de Ceferino Reyes, un periodista que dirige un programa de radio nocturno llamado "Tristeza de amor". A pesar del éxito de audiencia, el carácter cabezota del prota choca con el formal dueño de la emisora. Ambos comienzan una batalla personal donde se ven atrapados Carlota, una famosa locutora de radio, Damian, un periodista borrachín, una misteriosa espía rusa, un torero retirado...
La serie se emitió en TVE en 1986 y tiene una puesta en escena teatral, a ratos muy ridícula, giros de culebrón, guiones delirantes, al gran Alfredo Landa luciendo peluquín y a una Concha Cueto maquillada con Titanlux. Lo mejor, la estética de ese Madrid ochentero, las maquinas de escribir en las oficinas o los teléfonos antiguos. La canción de cabecera es del desaparecido cantautor Hilario Camacho. Curiosa.
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