La volví a ver ayer y es un peliculón acojonante. Es la historia de un matrimonio ingles que viaja de vacaciones a la costa del sur de España. Durante un paseo en barca por el mar, la pareja llega hasta una pequeña isla de pescadores y las cosas se complican…
Terror y suspense bajo el sol, con mucha mala leche y humor negro. Fue rodada en inglés y guarda una estética setentera impagable. Los actores están fabulosos, incluidos todos los niños que aparecen en pantalla. Prácticamente todas las escenas de la isla están filmadas en Ciruelos (Toledo) a centenares de kilómetros del mar. El sonido de las gaviotas y del mar lejano se añadió en el montaje después, Chicho Ibáñez Serrador, el del programa concurso “Un, dos, tres…”, era un puto genio. Muy recomendable, casi imprescindible.
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