La vi ayer y me gustó, se deja ver. Basada en una novela del escritor Paul Auster, la cinta cuenta la historia de dos tipos, Jim y Jack, que tras conocerse por casualidad durante un viaje por carretera, participan en una extraña partida de poker perdiendo todo su dinero y el coche. Para pagar las deudas contraídas, ambos deberán trabajar obligadamente, durante cincuenta días, construyendo un largo muro de piedra para unos excéntricos millonarios dentro de una finca boscosa. Aunque los dos protas trataran de huir de allí, no podrán hacerlo, pues estarán vigilados continuamente por hombres armados…
El filme es una mezcla de thriller de suspense y peli metafísica que comienza muy bien, luego tiene un pequeño bajón, pero al final remonta. Lo mejor de todo, la interpretación de James Spader, que está enorme haciendo de un pillo jugador de cartas, grasiento y fumador, que me recuerda mucho a personaje del perdedor de Dustin Hoffman en “Cowboy de medianoche”. El regordete Chris Penn tiene un breve papelito haciendo de matón simpático, y el propio Paul Auster hace un cameo en la escena final... Para pasar el rato, sin más.
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