La cinta es uno de los retratos sobre la adicción a las drogas más sobrecogedores que he visto, es como “Trainspotting”, pero sin risas, un puñetazo directo. Es casi como una cinta de terror, donde un virus (en este caso, la heroína) va transformando en zombis a todos los personajes. David Bowie tiene una breve aparición, dando un concierto. Muy recomendable.

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