domingo, 28 de diciembre de 2014

EUSKAL TELEBISTA, DECADENCIA Y UTOPIA

 

Euskal Telebista (ETB), la televisión publica vasca, comenzó a emitir en 1983. El simple hecho de que el euskera, el idioma vasco, una lengua perseguida y minorizada, obtuviera semejante canal de expresión resultaba alucinante. Al poco, tiempo se creo un segundo canal, ETB2, completamente en castellano, para satisfacer educadamente el deseo de los espectadores no vascoparlantes del Pais Vasco. En esos años 80, a excepción de la zona de Iparralde (Pais Vasco frances), en Hegoalde (CAV + Navarra) tan solo existían otros dos canales, ambos de TVE, la television publica española. Así pues, hasta  los años 90, hasta llegada de las primeras emisoras privadas (Telecinco, Antena 3 y Canal +), la oferta televisiva se limitó a cuatro canales, uno de ellos en euskera, o lengua vasca.

A partir del año 2000, con la llegada de las nuevas tecnologías, aquel tranquilo espectro televisivo cambió radicalmente. Por ejemplo, gracias a la nueva televisión digital, la oferta de nuevos canales ahora se ha visto multiplicado, no por dos o tres, sino por diez o veinte. Además, la irrupción de Internet posibilita que el consumo contenidos audiovisuales sea ya infinito. Esa enorme fragmentación ha hecho que las grandes audiencias de las teles tradicionales, se haya visto muy mermada. Hoy la suma de las audiencias de ETB1 y ETB2 en todo el País Vasco ha descendió hasta alcanzar apenas un triste 10%. De ese porcentaje, solamente un 2% procede de su canal en euskera, ETB1. Pero, ¿son los nuevos hábitos de consumo televisivo los grandes culpables de la baja audiencia de ETB1? ¿Es la nueva y enorme competencia la principal responsable de la decadencia de ETB?

La respuesta es NO. De sobra es sabido la enorme presión política (a veces, manipulación) que sufren la mayoría de los medios de comunicación publica. Ese control político siempre han existido y, seamos realistas, siempre existirá. Incluso, puede que no sea tan malo que haya un control especial en las empresas que se financian con dinero e impuestos públicos. Pero, en el caso de ETB, los casi 30 años de gobierno conservador del PNV y los cutres cuatro años de PSE han dejado marcada huella. Solo el recordar el revanchismo televisivo que se extendió por toda la programación durante el breve y cutre periodo socialista (2009/2013), produce escalofríos en cualquier espectador serio de ETB... Así pues, ¿cuales son los problemas de ETB?

Más allá de la presión continua de oscuros interés económicos y políticos (no nos olvidemos de que el País Vasco ha sido y es un delicada razón de estado dentro Estado Español, de hay el veto continuado a su emisión legal en toda Navarra), más allá de excusas como el gran recorte en el presupuesto a causa de la crisis económica (ojo, antes del 2008 no había crisis y ya su decadencia era palpable), lo que más llama la atención es la profunda falta de criterio propio y su muy poco estable programación, sobretodo, en ETB1, donde cada seis meses se trastoca  casi todo buscando alguna salida, casi a ciegas, a la creciente falta de sinton popular. Mucho tendrán que cambiar las cosas en 2015, para que ETB vuelva a ser lo que fue (o, quizás, lo que debió de ser siempre).

El principal objetivo de ETB, como televisión publica que todavía es, debería ya de estar muy claro después de 30 años de historia. ETB debe colaborar en el desarrollo social y cultural de la sociedad vasca, y para ello debe, promover e impulsar una programación propia, no desear ser una mera copia de otras televisiones, que ni son vascas o ni siquiera publicas. Asistir a espacios en ETB1 que resultan meros refritos euskaldunes de programas de éxito de canales privados (a veces de programas sin exito) resulta triste como ciudadano vasco y muy aburrido como telespectador. En un momento en que un tercio de la población es vascoparlante y otro tercio no tiene apenas problemas para ver programas en euskera, que solo un 2% se anime a sintonizar ETB es un dato demoledor.

Es más, que existan ya canales marginales, como La2 o el canal contenedor Divinity, con más presencia que ETB1 en los hogares vascos debería alterar, profundamente, la manera de plantear la televisión desde la "dirección" de ETB. En el Siglo XXI ser una pequeña isla en medio de un vasto océano televisivo tendrá grandes limitaciones, pero aun siendo una isla, se puede elegir, o acabar siendo un islote deshabitado donde nadie quiere ir a parar (solo los náufragos), o convertirse en una isla paradisíaca. Y disfrutar de ello sin complejos, aprovechando bien el espacio y los escasos recursos. Pero, ¿como llegar a hacerlo?

Quizás, apostando por fin, seriamente, por el euskera. No tiene ningún sentido que, cuando existen más de 50 canales solo en castellano, los responsables de ETB añadan otro más, gastando muchos recursos humanos y técnicos en hacerse la competencia a si mismos. La mitad de la progracion de ETB2 podría ser ya mismo en euskera, sin problemas. Por ejemplo, trasladando todos los eventos deportivos desde ETB1 a ETB2. La pelota, el baloncesto, el futbol, herri kirolak, las traineras... merecen tener su espacio, pero no a costa de impedir que ETB1 pueda desarrollar una progracion fija y permanente, una progracion de calidad que logre fidelizar a un publico plural que, ahora mismo, evita como la peste la televisión publica vasca, por no llegar a saber que es lo que se emite, ni cuando. Ese escuálido 2% de audiencia de hoy podría ser un respetable 20% mañana. Bastaría con tener valor y poder el barco rumbo al paraíso.


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